Si todo el mundo dijese siempre la verdad, no tendría ningún sentido preguntarse cómo detectar una mentira. Imagina las siguientes situaciones:
– Con tu jefe:
Buenos días jefe. Ya tiene mérito que hayas llegado a ese puesto, si no sabes ni dónde tienes la mano derecha.
– A tu suegra:
El pastel de carne que me hiciste ayer estaba bastante asqueroso, estuve a punto de vomitar. Ya va siendo hora de que aprendas a cocinar.
– A la vecina en el ascensor:
Esa falda te hace un culo espectacular, pero habría que asesinar a tu peluquero.
– A tu mujer, que te pregunta si el vestido la hace gorda:
Lo que te hace gorda son las palmeras de chocolate que te comes, ¡zampabollos!
Aunque todos lo hayamos pensado alguna vez, ni se nos pasa por la cabeza contestar lo que realmente pensamos. Acabaríamos solos, despedidos del trabajo o en el hospital. Son las llamadas «mentiras piadosas», tan necesarias para mantener unas relaciones sociales amistosas. Conviene distinguirlas de las «mentiras maliciosas», cuyo objetivo es engañar expresamente para obtener un beneficio personal.
Índice
Cómo detectar una mentira: gestos corporales inconscientes
Como ya hemos dicho en alguna ocasión, las palabras son el elemento de la mentira donde se tiene más control, porque se pueden ensayar. Las pistas más fiables son los gestos corporales inconscientes, ya que tenemos sobre ellos un control mínimo o nulo.
James Patterson, autor del libro The day America told the truth, entrevistó a unos 2.000 norteamericanos, llegando a la conclusión de que el 91% mentía regularmente tanto en casa como en el trabajo. Todo ello mediante la observación de sus gestos.
¿En qué debo fijarme para saber si alguien me está mintiendo o respondiendo con evasivas?
La cara es la parte del cuerpo que mas se usa para ocultar una mentira. Sonrisas, guiños, gestos de asentimiento… los recursos son varios. Esto suele provocar una falta de congruencia entre los gestos faciales y los del resto del cuerpo.
Esta falta de congruencia quedará patente cuando mostremos, aunque sea durante una décima de segundo (microexpresión), un determinado pensamiento que nos pase por la cabeza.
Si alguien se rasca la nariz o se toca el lóbulo de la oreja, interpretaremos que le pica. Si apoya la barbilla sobre la mano, podría parecer que tiene interés en lo que le estamos contando.
Como intuirás, la realidad es bien distinta.
Las mujeres mienten mejor
Si leíste la entrada sobre la intuición femenina, esto no será una novedad para ti (si no, hazlo ahora mismo). Debido a su innata capacidad para descifrar el lenguaje corporal de los demás, leen mejor las emociones, por lo que manipular con la mentira adecuada no supone un gran esfuerzo para ellas.
Una mujer casi siempre descubrirá la mentira de un hombre, salvo que esta se lleve a cabo por teléfono o email.
Advertido quedas.
Los 7 gestos más comunes de un mentiroso
Aunque nuestra capacidad multitarea sea prácticamente nula, si prestamos un poco de atención y practicamos, podemos advertir muchas señales no verbales mientras hablamos con otra persona. Estos son los 7 gestos inconscientes más comunes que delatan a un mentiroso:
1. Taparse la boca
Subconscientemente, el cerebro ordena eliminar las palabras que decimos que no son verdad. Puede hacerse con solo unos cuantos dedos en la boca o toda la mano.
Si alguien se tapa la boca mientras tú hablas, puede dar a entender que cree que tú escondes algo. Nada más incómodo que dirigirse a una audiencia grande que emplea este gesto mientras te escucha. No creen ni una palabra de lo que dices.
Un tercer significado tiene lugar cuando hacemos una pregunta al aire, nadie contesta y alguien se tapa la boca. Si un profesor de educación infantil busca al culpable de una fechoría, se dirigirá a todos los niños de la clase y preguntará en alto ¿quién ha sido? Quizá nadie conteste, pero lo más probable es que alguien se tape la boca. No necesariamente será el culpable, pero con total seguridad sabrá la respuesta.
2. Frotarse un ojo
Este gesto es un intento de bloquear la visión de algo desagradable, como un engaño o una duda. También se evita tener que mirar a la persona a la que se miente.
Las mujeres suelen acariciarse la parte inferior del ojo, mientras que los hombres se frotan con más fuerza. Quizá se deba a que no les preocupa arruinar su maquillaje.
3. Tocarse la nariz
Cuando sabemos que un niño pequeño miente, se le dice que le va a crecer la nariz como a Pinocho. Aunque pueda parecer una broma relacionada con la película del famoso muñeco de madera, en realidad se produce un curioso efecto que hace que la nariz aumente de tamaño cuando mentimos.
En ese momento se liberan unas sustancias químicas llamadas catecolaminas, las cuales provocan la inflamación del tejido interno de la nariz. Es lo que se conoce como el efecto Pinocho.
Científicos de la Universidad de Granada utilizaron la termografía para investigar la relación existente entre la mentira y la temperatura de la nariz.
El aumento de la presión sanguínea, fruto de la mentira, provoca un picor que hace que sintamos ese irrefrenable deseo de rascarnos.
Aquí tenéis el vídeo:
4. Tocarse la oreja
Es el gesto simbólico de intentar no escuchar lo que se está diciendo. Puede hacerse tanto cuando se habla como cuando se escucha, señal de que no se quiere oír una palabra más.
Es un gesto muy común cuando se entrevista en televisión a alguien que no está acostumbrado, ya que también refleja inseguridad o nerviosismo.
5. Rascarse el cuello
Las mentiras provocan una sensación de hormigueo en los tejidos de la cara y el cuello. Una persona diestra se rascará con su mano derecha la parte del cuello situada debajo de la oreja una media de cinco veces durante la conversación. Es una señal muy perceptible de duda o incertidumbre.
6. Tirar del cuello de la camisa
En linea con la anterior, el inesperado aumento de la presión sanguínea hace que un mentiroso sienta la necesidad de aligerar el cuello y facilitar la entrada de aire fresco. Su cuello empezará a sudar y tendrá la sensación de que ha sido descubierto.
7. Llevarse un dedo a la boca
Cuando alguien se siente bajo presión, instintivamente realiza este gesto. Es un intento de volver a la seguridad que de niños nos proporcionaba el pecho de nuestra madre.
La mayoría de gestos de acercar la mano a la boca están relacionados con la mentira y el engaño, aunque también pueden denotar una falta interna de confianza en momentos de estrés.
Conclusión
Con un poco de práctica y poniendo algo de atención, se puede conseguir. Gestos como rascarse el cuello, tirar del lóbulo de la oreja o frotarse los ojos, resultan muy evidentes. Pero no te olvides de los 3 errores más comunes que solemos cometer y no analices los gestos de forma aislada. Llegar a conclusiones precipitadas es muy fácil si no los tenemos en cuenta.
Tu turno. ¿Sabes cómo detectar una mentira? ¿En que te sueles fijar? Cuéntanos tu experiencia en los comentarios 🙂
¡Y no te olvides de compartir!
Deja una respuesta